Monument Valley

La última etapa del viaje al sur fue el Monument Valley, lo decidimos a última hora y la verdad es que mereció totalmente la pena, a pesar de las más de 600 millas que hicimos ese día.

Al abandonar el cutre-motel de Flagstaff de nuevo nos adentramos en la pradera y más tarde en el desierto,
pero esta vez con la arena que daba contra las ventanillas del coche. De vez en cuando había pueblos habitados en su mayoría por indios, o siendo políticamente correctos, por nativos americanos, que vendían artesanía a la orrilla de la carretera.
Y con este viaje se hacía realidad la idea de lo que a siempre había pensado que sería un viaje por el oeste americano, conduciendo por las carreteras del desierto,
llegando a cruces polvorientos, atravesando pueblos de una sola calle en donde nunca falta el McDonald y en la radio Hotel California, Born to be wild, Sweet home Alabama...
Y así llegamos al Monument Valley, con estas curiosas formaciones de roca-arena roja que impresionan de cerca. En realidad es un parque que está gestionado por los indios navajo. No teníamos mucho tiempo así que sólo dimos un paseo con el coche parando aquí y allá.
Cuando estábamos ya casi volviendo vimos un cartelito que en teoría indicaba dónde había sido rodada la primera escena de Misión Imposible... total que decidimos echar un vistazo, pero claro la idea de la roca de la primera escena no la teníamos muy clara, con lo cual podría ser cualquiera... y así dimos unas cuantas vueltas por las carreteras del parque hasta que el asfalto terminó y empezó un camino.
Según el GPS había otra carretera a unas 5 millas así que continuamos por el camino. Al principio sin problema, pero poco a poco el camino se convirtió en una pista de arena, igual que la de las dunas que teníamos al rededor.  Conseguimos pasar las 5 millas hasta llegar al cruce que decía el GPS, pero oh sorpresa, no era la carretera principal, era otro "camino" desierto total, y la carretera estaba a otras 5 millas más... volver atrás era complicado así que arriesgamos.
Y yo que me he quedado atascada en el barro hasta con un quad, pues cómo no probar la experiencia de quedarme atrapada en medio del desierto del Monument Valley, sólo que esta vez no estaba mi padre que siempre me salva de estas cosas...

Y allí estábamos a una milla de la carretera principal, sin poder salir de la arena, además como el coche es automático con control de no sé qué, cuando nota que patina para de girar. Puse en práctica todos mis conocimientos adquiridos con la experiencia :D: las alfombrillas, piedras con plantas, excavación... pero nada estábamos hasta arriba de arena (el coche y nosotros). Además es una arena super fina que se mete en todos sitios, en el coche nuevo nuevo había arena hasta en la guantera, en las marchas, en la máquina de fotos... Hasta que al final llegó nuestro salvador, Jason, un indio navajo super alto que con su pick-up nos arrastró hasta la carretera con una cadena.
Y desde allí el largo camino de vuelta a las Vegas por una carretera impresionante de Utah, de nuevo praderas, montañas rojas, panorámicas del Monument Valley...uno de esos sitios en donde el mundo parece inmeso y tú te sientes pequeñito.
Y justo al cruzar la forntera con Nevada los primeros casinos, desierto y de repente el inmenso halo de luz de las Vegas y un poco más tarde millones de luces en medio de la nada, la otra realidad.


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