Viajes y otras cosas

Roma no es una ciudad con una decoración navideña muy llamativa, algunas calles del centro están adornadas con bombillitas amarillas que caen como cortinas o que se extienden a lo largo de la calle, nada que ver con Madrid, ni con las psicodélicas luces de Murcia.

En la Plaza de San Pedro colocan un árbol gigante muy decorado que cada año regala un país, este año si no recuerdo mal era Bélgica... vamos, en mi opinión es una pena cortar un árbol así de grandes...

El consumismo es el mismo que en otras partes del mundo :D, Papá Noel se llama Babbo Natale, pero no tienen Reyes Magos, tienen a la Befana, una bruja que te trae los regalos junto con chucherias. Así que el día 6 mucha gente va al mercadillo que hay en Piazza Navona en donde venden un montón de estas brujitas y los dulces navideños.
Tienen turrón, que es muy parecido al español, y como no, el Panettone y el Pan d'oro. En Nochevieja diluviaba, había un concierto en el Coliseo , pero las calles estaban desiertas y eran prácticamente ríos, ni siquiera en la Plaza de España había gente así que tras el intento fallido de comernos la uvas en alguna plaza, decidimos unirnos a un Capodanno tradicional italiano en donde primero nos tomamos la uvas a la usanza española, luego estuvimos jugando con algunos fuegos artificiales, toda la calle se llena de humo, luces y pólvora, y después un platito de lentejas (están cocinadas), eso sí nada de tirar trastos por la ventana.

Ah, las fotos son del árbol de San Pedro, de la via Appia y de Nemi, un pueblecito muy bonito con vistas al lago.