Bueno pues aquí van los primeros días del viaje a los Fiordos

Día 1

El viaje comienza con la llegada a Copenhague que sólo vi desde el autobús de camino al puerto pero que me causó muy buena impresión con sus edificios de ladrillo rojo, sus cúpulas verde óxido y sus canales. Más adelante pude comprobar que efectivamente es una ciudad que merece la pena visitar.
La chimenea amarilla de nuestro barco "Costa Mediterránea" se veía a bastante distancia, y es que el barco era una ciudad (o pueblo) flotante (la capacidad es de más de 3500 personas).


Embarcamos casi immediatamente y las primeras horas las dediqué a recorrer el barco, a explicarle al sonriente camarero chino que mi hermano y yo queríamos camas separadas y a comer (cosa a la que dedicaría bastante tiempo en los días siguientes jeje).
Bueno pues finalmente salimos del puerto, y envuelta en una de las mantas que podías coger en cubierta, estuve mirando los islotes que íbamos pasando hasta que el frío me lo permitió.


Día 2
El día 2 fue solamente navegación, así que me dediqué a mirar las tiendas del barco, a leer, mirar el mar... en fin, a descansar. Por la noche fue la cena de gala en donde se presenta el capitán y en donde te puedes vestir de etiqueta para pasearte por el barco un rato (a mi no me sobraba tanto espacio en la maleta ;-))


Día 3

Cuando descorrí por primera vez las cortinas de la habitación por fin pude comprobar que:
1- Navegar por un fiordo es una experiencia única, el paisaje es impresionante.
2- Lo que por la luz pueden parecer las 8 de la mañana, en realidad son las 4...

Cuando bajamos del barco por la mañana estábamos ya en el pequeño pueblo de Flam, al final del fiordo que habíamos recorrido durante la noche. Así que iniciamos la excursión para visitar Flam Voss y Stalheim.

El autobús nos llevó a otro pequeño pueblo (o asentamiento), en el que paramos un momento para ver a unos noruegos que les había dado por ser vikingos, y vivían así haciéndose sus propias barcas, criando ganado y pescando.
Las carreteras en Noruega son relativamente recientes, porque el terreno es muy escarpado y les era más fácil desplazarse en barca por los fiordos. La mayoría de las carretereas son estrechísimas y tienen km y km de túneles excavados en la roca. Una de las más llamativas y antiguas es la que baja (o sube) a este valle que es literalmente un zig-zag.

La cascada Tvinde fue nuestra siguiente parada, y según la leyenda rejuvenece a quien bebe sus aguas (de momento no he notado nada ;-))

Desde Stalheim, llegamos a la estación de Myrdal, para coger uno de los trenes más famosos de Noruega. El viaje en tren salva un desnivel de casi 1000 m, y va atravesando un montón de túneles, la verdad es que son tantos que a penas puedes ver el paisaje, lo que decepciona bastante... Una parada turística es en la cascada de Khosfoss en la que unas chicas disfrazadas de hadas celtas o algo así, bailaban en las rocas al son de una música que apenas se oía por el estruendo de la cascada.
Finalmente llegamos a Flam en donde volvimos a embarcar para zarpar hacia Hellesylt, entonces, ya más despierta, puede ver el fiordo y hacer algunas fotos.

0 Comments:

Post a Comment



Entrada más reciente Entrada antigua Inicio