Estambul


La primera impresión que me dio Estambul, después de que me dejaran entrar ¿pero por qué los italianos entran sin visado y los españole no? eh?... es el de una ciudad que está creciendo descontroladamente.
Llegamos al aeropuerto "secundario" Sabiha Gökçen a unos 50km de la ciudad, y desdela autovía comenzaron a verse bloques de pisos de colores al lado de otros que parecía que se iban a caer de un momento a otro y algunos rascacielos al lado de pequeñas casas con su tierra de cultivo.

Llegamos a plaza Taksim uno de los centros neurálgicos de la ciudad, y en un segundo te envuelve el caos (todavía no sé si real o aparente) que reina allá donde vayas: el tráfico, los vendedores ambulante, la gente que va de un lado a otro, la luz cegadora,
el colorido y sobre todo el olor por un lado a carne asada y por otro a castañas asadas. Es curioso, los kebab que están por todos sitios van dejando un olorcillo a carne a la brasa que de ta hambre en todo momento jejeje, y por otro lado están los incontables puestos de castañas, de roscas con semillas (ya no me acuerdo como se llaman), de pescado asado en las márgenes del Bósforo y Cuerno de oro, de helados que se estiran un poquito...
Tras coger el moderno funicular (es como un metro con formato funicular) y luego el tranvía, llegamos a Sultahamet, la parte turística en donde están los principales monumentos junto con decenas de hoteles, entre ellos el nuestro. Esta zona es ideal para turistas perezosos porque estás a dos minutos de Santa Sofía, la Mezquita Azul, el Palacion Topkapi... pero por la noche no tiene mucha vida y casi todos los sitios para comer, tomar el té... están orientados a turistas. Esto conlleva que sean más caros y que la calidad en general deje que desear, además de que no puedes andar por la calle sin que te digan cada dos metros si quieres comer algo. Pero bueno en general son majos y algunos (en realidad a mí casi todos :S) te hablan en español. Así que parece que soy la típica española.

Una de las cosas que más me gustó de Estambul es su silueta (o skyline como se dice por ahí), desde el Cuerno de Oro se ve la ciudad que se va elevando en la colina y de la que sobresalen un sinfín de mezquitas con sus alminares. En cuanto a los monumentos pues claro Santa Sofía y la Mezquita Azul son muy sugestivas, pero como suele suceder con tropecientos mil turistas... Si es que no se puede tener todo!!
La cisterna tiene su encanto, así como el harén del palacio Topkapi, que el palacio en sí, en mi opinión, es bastante prescindible: colas infinitas, los objetos expuestos casi imposibles de ver por el agobio de gente
y luego las reliquias de Mahoma, tipo pelos de la barba, ya ves el interés que tienen...
Otras cosas típicas que hicimos fue el crucero por el Bósforo, aunque el día lluvioso no acompañaba mucho, y subir a la Torre Gálata, que por casualidad fue al atardecer y la gente no se movía, total que estuvimos bloqueados casi una hora allí arriba...

Estambul es una ciudad que te envuelve, pasear a tu antojo por sus calles bulliciosas, ver las tiendas pequeñísimas que tienen casi todo expuesto en la calle, comer lo que te apetezca y pararte a visitar algo que te llame la atención o a beber un té es, en mi opinión, lo mejor de la ciudad.

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