Viajes y otras cosas

Liubliana, la capital de Eslovenia está a menos de dos horas de Udine, y aprovechando la cercanía y que un amigo conocía un sitio para dormir bastante pintoresco nos fuimos para allá. Me sorprendió un montón la ciudad, es realmente muy bonita.


Es una ciudad de colorines en la que los edificios históricos se integran perfectamente con otros elementos super modernos y sobre todo originales, como una lámpara de araña en medio de una calle, la iluminación verde intenso del río, las exposiciones de arte moderno en sitios inusuales, bueno y las tiendas de ropa que eran totalmente diferentes... Tiene un encanto muy especial, el paseo junto al río es una preciosidad, y la iluminación es tan tenue que se pueden ver las estrellas.
El hostel en el que nos alojábamos era una antigua prisión reconvertida que conservaba en algunas habitaciones la puerta de la celda, además justo detrás había un barrio en el que las casas antiguas habían sido reconvertidas en sitios de copas pero todo super artístico, sin duda el lugar más original en el que he estado de fiesta.
Al día siguiente alquilamos unas bicis y paseamos de nuevo por la ciudad, muy divertido.

Por la tarde visitamos el castillo de Predjama que está construído sobre un río a la entrada de una gruta que es una de las cuevas cársticas más grandes de Eslovenia, las distintas partes del castillo aprovechan las galerías y recovecos de la roca. Según la leyenda (lo espeolólogos no han recorrido todas la galerías) el castillo está comunicado con un pueblo cercano. Estuvo genial la visita, pero no pudimos adentrarnos mucho por las galerías porque era la época de reproducción de los murciélagos :S


Ya de nuevo en Italia visitamos en Trieste el castillo de Miramar, la residencia de verano de Sisi, un castillo de cuento de hadas. Vimos atardecer desde la Piazza Unità y celebramos la vuelta al Friuli con un gelato y con más spritz :P.