Viajes y otras cosas

Termina el viaje y consigo alargarlo un poquito más escribiendo algunas de nuestras aventuras en el blog.
Ha sido este un viaje de primeras impresiones, de sensaciones, en el sentido de que no tenía muy claro lo que iba a visitar, no había planes, sólo tenía que dejarme llevar.
Como cuando ves una peli que alguien te ha recomendado porque sabe que te va a gustar pero no tienes ni idea del argumento, ni de los actores y al final te sorprende tan gratamente que te acaba gustando el doble, pues eso es lo que me ha pasado con el norte de Italia y con la gente que nos ha acompañado.
Ya he comentado en otras ocasiones que si hay algo que me encanta cuando viajo es conocer los lugares con gente que vive allí, no sentirme como una turista más. Y lo primero que quiero hacer es dar las gracias a Cris y Ale por su hospitalidad y por llevarme a un montón de sitios espectaculares.

Comienza el viaje en Barcelona, paseo de lujo, también guiada :) por el barrio gótico, uff me quedan un montón de cosas por conocer de Barcelona... hay que volver.
Y ya el domingo visita a Girona desde donde sale el avión. Muy bonita la ciudad, tan pulcra, con sus callejuelas empedradas, la muralla, el río y la catedral.

Marano Lagunare y su laguna


Cris, Ale, Toñi y yo llegamos al aeropuerto de Venecia, allí nos recogen para llevarnos a Marano, donde nos alojamos unas cuantas noches.
Marano es un pueblo pesquero cuya vida gira en torno a una laguna salada abierta al Adríatico en algunos puntos. El primer día, y aprovechando el buen tiempo, del que por cierto al final hemos disfrutado toda la semana, salimos a dar una vuelta en el scafo (una lancha) por la laguna. Lo más característico son los casoni.
En su origen estas construcciones eran utilizadas como refugio por los pescadores, que pasaban en ellas largas temporadas.

Los casoni están construídos en pequeñas islitas separadas por canales de agua, es un paisaje muy particular ya que están completamente integradas con el entorno.
Uno de los ríos que desemboca en la laguna es el Stella, por el que nos adentramos y que tiene una vegetación muy frondosa en los márgenes.
Marano está relativamente cerca de Venecia navegando, y era gracioso ver en la laguna las indicaciones a esta ciudad.



Continuará... :)