Viajes y otras cosas

El sábado pasado por fin cogí el tren en dirección a las Montañas azules, en concreto a Katoomba un pueblo en el corazón del parque natural.No muy lejos de allí se encuentran las Tres Hermanas, que según la leyenda fueron pretendidas por tres hermanos de una tribu rival. Al comenzar una guerra entre ambas tribus, un brujo las convirtió en roca para protegerlas pero el brujo murió antes de poder deshacer el hechizo. Así que allí están las tres rocas, posiblemente lo más famoso-turístico de las Blue Mountains y mi punto de partida para a iniciar un bushwalking (un sendero, vamos).
Es realmente impresionate contemplar el inmeso bosque que se extiende hasta donde alcanza la vista, y que ciertamente, dependiendo de la luz, parece azul.

Esto según leí se debe a que los eucaliptos desprenden un aceite que causa este efecto.
Así que a pesar del viento-lluvia-frio-sol y después granizo, estaba deseando empezar mi ruta. Al principio anduve al borde de los acantilados, desde allí había unas vistas muy bonitas y ya se podía comprobar que no todo eran eucaliptos en el bosque, en torno a las cascadas y arroyuelos crecía una vegetación muy tropical. Bajando un poco llegué hasta Leura Falls, y poco a poco fui descendiendo por empinados tramos de escalera hasta hasta adentrarme en el bosque de árboles gigantes y pájaros extraños.
Después de casi 5 horas andando por sitios espectaculares y con los pantalones mojados por la lluvia llegué hasta una antigua mina, de nuevo un sitio turístico lleno
de japoneses con sus cámaras de fotos. Allí cogí el tren con la mayor inclinación del mundo construido en su origen para transportar a los mineros, que me llevó directamente hasta la civilización, en concreto a una tienda gigante de souvenirs.