Tutto bene

El lunes llegué a Roma sin mayores complicaciones, me lancé a la aventura y cogí un tren y luego un bus con todas mis maletas hasta la casa de una chica con la que ya había contactado desde España (grazie mille! Cris y Ale). Y aquí me quedé.
Es un barrio de estudiantes, la ventaja: que no es nada turístico con lo cual estoy experimentando la aunténtica vida romana, con los kioscos de fruta por la calle, las heladerías de barrio y esas cosas, además está muy cerca de la universidad (en bus) y a unos 25 minutos del centro, de la Piazza Barberini en concreto.
La desventaja, pues eso que no estoy en el centro...
Si es que no me creo que esté en Roma, y eso que ayer estuve dando un paseo por la Plaza de España, la Fontana di Trevi y callejeando un rato, no me llevé ni el mapa. Y no es por ser mala, jeje pero me hacían gracia todos los turistas corriendo de un lado para otro intentando aprovechar al máximo el tiempo, no sé es raro... Bueno yo aprovecharé para conocer los rincones con encanto menos turísticos... a ver si los encuentro.
El idioma no está siendo un problema, ayer hablé casi todo el día en inglés y fue un rollo, pero hoy he empezado a hablar mi italiano-español que más o menos se entiende.
En cuanto a los helados, por el momento mantengo una media de dos al día, pero creo que puedo superarla, además hace un calor impresionante.

1 Comment:

  1. Anónimo said...
    ¡Ánimo, todos pensamos que tú puedes! ¡Venga, seguro que conseguirás superar tu marca! Verás como en un plis plas estás comiendo más de dos helados al día...

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